Una mañana Mario Carrero se encontraba en la puerta de su casa de Durazno y Barrios Amorín, cuando ve pasar a un grupo de niños haciendo la mímica del tocar de los tambores. A partir de esta anécdota surge la canción que comienza diciendo:
"Tocan y tocan el aire, y las baldosas se apartan, para que pase en silencio por Durazno una llamada".
Canção:
Comparsa silenciosa
Álbum:
El hombre, Digo!
Selo:
Orfeo
Selo:
1986